#CuscoDatos. Un grupo de damnificados, entre directos e indirectos, realizó un plantón en las puertas de la empresa Perú Rail, en el distrito de Wanchaq (Cusco), para exigir una indemnización por los graves daños ocasionados tras el descarrilamiento de tres vagones el 19 de noviembre de 2024. El accidente afectó viviendas y espacios comerciales, dejando a familias sin sustento económico.
INCUMPLIMIENTO Y DESESPERACIÓN
A cinco meses del siniestro, los afectados denuncian que la empresa no ha cumplido con su compromiso de reparar los perjuicios económicos. Entre los perjudicados se encuentran los esposos Sofía Ovalle y Nicolás Oporto, cuyos inmuebles —ubicados en la calle General Buendía— sufrieron graves daños. En estos locales funcionaban negocios de venta de productos de primera necesidad y un taller de fabricación de maquinaria, cuyos cuatro trabajadores quedaron sin empleo tras la destrucción del local.
"Nos prometieron resarcir los daños, pero hasta ahora no hay una oferta formal", declaró uno de los manifestantes. "Perú Rail reparó parcialmente las estructuras, pero nuestros negocios quedaron paralizados, y nadie responde por nuestras pérdidas".
PROTESTA IGNORADA Y PRESENCIA POLICIAL
Durante la protesta, los afectados aseguraron que no fueron recibidos por los representantes de la empresa. Por el contrario, la respuesta fue el cierre de las puertas de la sede y la llegada de un contingente policial, lo que aumentó la tensión entre los manifestantes.
"No queremos más promesas, queremos soluciones", exigió un comerciante afectado. "Si Perú Rail no asume su responsabilidad, iremos a instancias legales".
¿QUÉ DICE PERÚ RAIL?
Hasta el momento, la empresa no se ha pronunciado públicamente sobre las demandas de indemnización. Mientras tanto, los afectados advierten que no descartarán nuevas movilizaciones si no obtienen una respuesta concreta en los próximos días. La indignación crece en Cusco, donde exigen que las empresas asuman su responsabilidad ante este tipo de emergencias.
Este caso refleja la vulnerabilidad de los pequeños empresarios y comerciantes frente a accidentes de gran magnitud y la necesidad de mecanismos ágiles de compensación.